domingo, 11 de diciembre de 2011

Maybe I'm just wasting my time dreaming.


 Caminaba hacia el salón, con un café en la mano, cuando el sonido del teléfono me saco de mis pensamientos.
 Miré a la pantalla y no pude evitar que una tonta sonrisa se formara en mi rostro. Alex.

 -¿Donde estas?

 -¿Donde voy a estar? -pregunté obvio- En casa.

 -Verás, resulta que... se ha cancelado la cena familiar. Y había pensado que tal vez... tu y yo... podíamos... -solté una carcajada. Llevábamos casi cuatro años juntos y aún le costaba horrores adaptarse a ello.

 -¿Querría la princesita cenar conmigo? -pregunté entre risas con el fin de facilitarle las cosas.

 -Callate Jack, ¿A que no voy? -trato de hacerse el duro, pero no lo consiguió.

 -Vale, pues no vengas.

 -En media hora me tienes allí. Te quiero, estúpido. -Y sin que me diera tiempo a responder, colgó. Punto para mi.

 Dejé de lado el café y mis planes de no hacer nada en toda la noche, y comencé a pensar. Tenía al rededor de media hora para tratar de sorprenderle con la cena, y yo era un pésimo cocinero.

 Saqué el libro de recetas que mi abuela me había regalado del cajón de la cocina, y empece a pasar hojas. Nada. Todo era demasiado complicado, nada que yo solo pudiera preparar.

 Tras un par de minutos, desistí. Acabé sacando una pizza del congelador. Sabía lo que Alex amaba la pizza, por lo que era un acierto asegurado.

 Con el asunto de la comida solucionado, decidí en mejorar un poco el entorno. Al menos para que mi intento de cena romántica no pareciera tan cutre.

 Puse un mantel rojo en la mesa del salón, un par de velas a cada lado y un par de rosas en el centro. Odiaba esas mariconadas, pero a mi novio le encantaban, por lo que no me quedaba mas remedio.

 Saque también uno de mis mejores vinos, guardado para ocasiones especiales, y me dispuse a esperar.

 Alex no llegaba, y yo había empezado a ponerme nervioso. Cinco minutos. Diez minutos. Media hora. ''Estará en un atasco''. Una hora. Hora y media.

 Tenia los nervios a flor de piel. Alex nunca había sido una persona puntual, pero nunca había sobrepasado los 20 minutos de retraso. Llegué incluso a pensar que me había dado plantón, pero ¿porque iba a hacerlo? No le había dado motivos.

 Apagué las velas, completamente hecho polvo, y decidí probar suerte con su teléfono Una vez mas. Pero como las treinta veces anteriores, estaba apagado.

 Me senté en el sofá, esperando que algo pasara. Y pasó, mi móvil comenzó a sonar y respire aliviado.

 Hasta que vi que no era quien yo esperaba. Numero Privado.

 -¿Si? -pregunté asustado.

 -¿Es usted Jack Barakat? -asentí estúpidamente

 -Si.

 -Verá, su teléfono figura como numero de emergencias del señor Alex Gaskarth, ¿es correcto? -en ese momento se me vino el mundo encima. Comencé a temerme lo peor, y un nudo se formó en mi estomago.

 -Si. -conseguí murmurar entre lagrimas.

 -Alex está siendo trasladado al Hospital General, ha sufrido un accidente.

 -Pe -pero, ¿está bien? -el miedo se apoderó de mi, no podía perderle. No a él, no ahora.

 -No tengo permitido darte esa información por teléfono Si te acercas al Hospital te explicaran todo lo que necesites saber.

 Colgué rápidamente el teléfono, y llame a un taxi. Conducir en mi estado nervioso solo podría acarrear mas problemas.

 No tardé mas de diez minutos en llegar, pues estaba bastante cerca de mi casa. Lo que iba a ser una noche romántica, se había convertido en mi peor pesadilla.

 Entré rápidamente en el hospital, desorientado y confuso. No sabia que tenia que hacer, no sabia a donde tenia que ir. Todo esto me había pillado completamente por sorpresa.

 Me dirigí a la zona de urgencias, que es donde llegaban todos los pacientes. Allí había un mostrador, tras el cual esperaba una muchacha rubia, ojos color miel, y una gran sonrisa.

 -¿Puedo ayudarle?

 -Busco a.. me han llamado y... un accidente... -a medida que las palabras iban saliendo de mi boca, mi corazón se rompía un poco más. Las lagrimas se agolpaban en mis ojos, y sentía que, en cualquier momento, iba a caer rendido al suelo.

 -Solo necesito el nombre -dijo la chica dulcemente- solo dame el nombre.

 -Alex Gaskarth. -tragué saliva. No podía creer lo que estaba pasando.

 -Aquí está -dijo buscando en su ordenador, y más tarde señalando a la sala de espera que había a nuestra izquierda.- Siéntate aquí, enseguida saldrá el medico a atenderte.

 Y eso hice. Tras cinco largos minutos que parecieron siglos, apareció el doctor.

 -¿Acompañantes del señor Alex Gaskarth?

 Me levanté rápidamente y como pude de la silla, sintiendo como temblaba cada centímetro de mi cuerpo.

 -Bueno, vamos allá. -dio un pequeño suspiro que aumento mi temor.- Alex ha sufrido un accidente. Ha chocado frontalmente con un vehículo que circulaba en sentido contrario. El otro conductor ha fallecido en el acto, y el... tiene suerte de estar vivo.

 -¿Pero como está? -pregunte impaciente. Necesitaba saberlo ya.

 -En estos momentos se encuentra en estado comatoso, y conectado a la respiración asistida. -en ese momento ya no pude aguantar más. Las piernas me flaqueaban y mis lagrimas no cesaban. Me senté de nuevo en la silla, esperando que de su boca salieran palabras tranquilizadoras.- Acaba de ser operado de la rodilla y de la fractura craneal. Esta pendiente de volver a ser operado en las próximas horas, ya que uno de sus pulmones ha sido perforado tras el impacto, y la hemorragia interna es inmensa.

 -¿Se pondrá bien? -pregunté estúpidamente- dígame la verdad.

 -Confío mucho en la profesionalidad y experiencia de mis cirujanos. Pero no sabemos si su cuerpo podrá soportarlo. Siento tener que decirte esto, de veras, pero no quiero crearte falsas expectativas.

 Me dio la mano y desapareció por el largo pasillo. Solo me quedaba esperar a que todo saliera bien.

 Si él se iba, se llevaría con el una gran parte de mi. Sabía que no iba a ser capaz de superarlo jamás. Yo... no podría.

 Pasé las siguientes dos horas llorando como si del fin del mundo se tratara. Y la verdad sea dicha, era el fin de mi mundo. Traté de auto-convencerme de que todo saldría bien, de que todo volvería a la normalidad, pero las palabras del medico hacían eco en mi cabeza.

 Veía como llegaban nuevos heridos, gente enferma, gente para adelante y para detrás, sonrisas y lagrimas, dolor, oía las sirenas de las ambulancias que llegaban. Y cada segundo que pasaba, yo moría un poco más.

 Acabé finalmente quedándome dormido sobre la dura silla, hasta que algo me despertó.

 -Jack -abrí los ojos y vi a una enfermera agitando suavemente mi brazo, tratando de despertarme. Estaba acompañada por el mismo medico de antes, y sus caras, no ayudaban para nada.

 -¿Que pasa? -mi voz estaba quebrada, rota.

 -Lo sentimos mucho. -Ya está, no hizo falta más. Lo comprendí todo. Ahí acababa, ese era el final.- No hemos podido hacer nada por salvar su vida, de verdad que lo sentimos.

 La enfermera me tendió una mano, y con su ayuda logré ponerme de pie. No conseguía asimilarlo. Alex, mi Alex, mi bebé. No podía ser. Tantos momentos, tantas sonrisas, tantos besos que pasaban ahora a ser simples recuerdos. Jamas podría volver a tocarle, a sentirle, a decirle lo mucho que le quería Todo eso había acabado ahora.

 -Si te sientes con fuerzas, podrás pasar a despedirte de él.

 Asentí con la cabeza, tratando de reaccionar, y los tres nos encaminamos por aquel largo pasillo que parecía ahora no tener fin.

 Nos detuvimos ante la puerta del quirofano, y la enfermera me dio una suave palmada en la espalda.

 -No tardes mucho, ¿vale? Y se fuerte, hazlo por el.

 Abrí la puerta, y vi una camilla, sobre la que yacía su cuerpo cubierto por una sabana.
Cogí aire un par de veces y me decidí a darle mi ultimo adiós

 Levanté la sabana, y no pude evitar estremecerme. Ahí comprendí que todo había acabado, me hizo darme cuenta de que lo había perdido para siempre.
Estaba pálido, las ojeras marcadas, su cabeza estaba parcialmente rapada debido a una de las operaciones, tenia heridas y cortes por todos los lados.

 El fin.

 Una de mis lagrimas cayó sobre su cuello, antes de que echará a correr. Corrí y corrí, dejando atrás mi vida, mi historia, mi razón de vivir.

 A mitad del pasillo las piernas comenzaron a fallarme, mis extremidades no me respondían Entonces caí.

 Y todo se volvió blanco, ya no sentía nada.



















 -Jack, cariño, ¿estas bien? -abro los ojos, vuelvo a respirar.- Has pegado un bote que por poco me matas del susto.

 -Tranquilo, estoy bien. -digo pasando uno de mis brazos por su pecho- Tan solo ha sido una pesadilla. Te quiero Alex.

domingo, 30 de octubre de 2011

Dead!


Bueno, pues os dejo esto, que no se si considerarlo OS, o que xDDD Que sepais que lo subo, porque @Bea_noworries me ha insistido mucho, pero se supone que esto no debia ver la luz.
Anyway, no es el tipo de cosas que estais acostumbradas a leer, no esta relacionado ni con McFly, ni ATL, ni nada. Por lo que es muy probable que no os guste.
Dicho eso, os dejo en paz.
Ea.


And if your heart stops beating, I'll be here wondering, Did you get what you deserve? 
The ending of your life, And if you get to heaven, I'll be here waiting, babe.
Did you get what you deserve? The end, and if your life won't wait then your heart can't take this.

El despertador retumbaba en mis oídos. Tocaba levantarme, otra vez. Un nuevo día, un nuevo infierno. En eso se había convertido mi vida, una autentica monotonía infernal.

No podía más, quería desaparecer de aquel mundo, al fin y al cabo, sabía que nadie lo notaria. Todo eran problemas, pesadillas.  Mis días se resumían en una autodestrucción continua, falta de comida, o exceso de comida, vómitos, pastillas, cortes, cuchillas, sangre, llanto, DOLOR.

Hubiera dado todo por tener una segunda oportunidad, por poder comenzar otra vez de nuevo, ser una persona nueva.  Era lo que necesitaba, dejar de ser yo, y pasar a ser alguien nuevo, alguien diferente, alguien mejor.

Era difícil saber que nadie entendía como me sentía, saber que nadie era capaz de comprenderlo. Aunque, a decir verdad, tampoco tenía a nadie que pudiera hacerlo. Todos habían desaparecido, se habían marchado de mi lado, pues siempre es más fácil evitar el problema, y en ese caso, el problema era yo, la niña caprichosa que solo trataba de llamar la atención.

Pero ya estaba decidido, ya había llegado la hora. Ya no podía soportar más dolor, ya no podía soportar más peso sobre mis hombros. Todo estaba ya perdido.  Aquel día, iba a ser el último.

Me dirigí a mi habitación, la cual estaba llena de fotos. Fotos de tiempos en los que yo era feliz, era una persona normal, con una vida normal. Lo echaba de menos. No pude evitar que las lágrimas acudieran a mis ojos, y por un momento pensé en continuar, pero esa idea se desvaneció de mi cabeza en segundos. No era capaz, ya no tenía fuerzas para seguir.

Rebusqué la pequeña cajita con llave donde guardaba todas las cosas que no quería que nadie encontrara, entre ellas, las pastillas.

Abrí la cerradura, y saqué una pequeña cajita naranja. Tenía entendido que una sobredosis de aquellas pastillas acababan con todo. Y eso hice. Saque todas las capsulas que venían dentro, y me dirigí a la cocina.

Una vez allí, me serví un poco de agua. Las lágrimas salían inconscientemente de mis ojos, no podía controlarlo. Quería que todo acabara, pero ya era tarde para tratar de arreglarlo, ya era tarde para mí. Me resistía a irme, me resistía a hacer la mayor cobardía que podía hacer en ese momento, pero al fin y al cabo, yo era eso, una cobarde.

Metí  las pequeñas capsulas en mi boca, y sorbí un poco de agua. Sabía que cuando tragara, ya no habría más yo, ya no habría más vida, no habría futuro, no habría nada.

Pegué un fuerte golpe en la mesa con mi puño, y finalmente tragué. No pasó nada, al menos  no en ese momento.

Comencé a caminar hacia el salón, aun con lágrimas en los ojos, pensando que tardaría horas en hacer efecto. Pero una vez más, estaba equivocada. No llegué al salón, caí a mitad del pasillo, golpeándome fuerte a cabeza, dando fin a mi miserable vida.

No sentí nada, y al fin, el dolor había terminado. Todo el sufrimiento, todo el llanto, todo había acabado ya.

Have you heard the news that you're dead? No one ever had much nice to say. 
I think they never liked you anyway, Oh take me from the hospital bed.
Wouldn't it be grand? It ain't exactly what you planned. And wouldn't it be great If we were dead?

lunes, 24 de octubre de 2011

Not Alone.

Otro día más, yo seguía sin encontrarle el sentido a mi vida. No tenia amigos, no tenia familia, y ¡hasta mi lagarto Awix me ignoraba!
Era duro. Sentía que nada cambiaría si me iba, si lo hacia para siempre. Pero una vez más, era demasiado cobarde para hacerlo, para quitarme del medio. Y volvía a recurrir a lo mismo, las cuchillas.
Tenia mi brazo derecho lleno de pequeños cortes, de pequeñas cicatrices. Eran la marca de un dolor que me consumía por dentro, y es que, hacia unos meses que todo se había vuelto oscuro para mí, mi luz se había apagado.


Aquel martes, tocaba pizza. Mi alimentación se basaba en grasienta comida rápida. ¿Que más daba? ¿Acaso comer verduras mejoraría mi vida? No.


'¿Que desea?' Preguntó una voz femenina al otro lado del teléfono. Encargué una pizza individual de jamón y queso, y un par de cervezas. 'El pedido llegará al rededor de media hora. Muchas gracias.'


Daba asco, realmente daba mucho asco tener que pedir menús individuales. Había incluso veces en las que el teleoperador hacia alguna broma innecesaria del tipo 'Noche solitaria, ¿eh,amigo?'. Bastante aborrecía ya mi vida, no necesitaba que alguien me recordara nada.


Había pasado ya una hora, y el pedido esperaba al otro lado de mi puerta. Me acerqué a mi vieja cartera, de donde saqué un par de billetes, y me encaminé hacia la puerta. 
Cuando la abrí, me quede perplejo. No era Jimmy, el repartidor habitual, debía ser un chico nuevo. Tenia el pelo castaño, y le cubría gran parte de la cara, la cual estaba repleta de pecas. 


'Son 22.90' dijo clavando sus ojos en mi. Eran azules, de un tono muy claro. Por primera vez en mucho tiempo, sonreí, desconociendo completamente el motivo que me llevó a ello. 


Tendí uno de mis brazos con el dinero, mientras que con el otro trataba de sujetar la caja que aquel muchacho me ofrecía. Debió de ser el roce de su brazo, o el simple movimiento, pero la venda que cubría mis heridas se movió, dejando aquellas marcas visibles. 


'Se que no es de mi incumbencia, pero no deberías hacer eso' Dijo el muchacho cogiendo el dinero de mi mano. Le miré a los ojos, una vez mas, y pude ver como una sonrisa se dibujaba en su cara. '¿Me dejas mostrarte algo?' Asentí. No pensé mi respuesta, simplemente fue un acto reflejo. No recordaba la ultima vez que alguien había tratado de ser amable conmigo, por lo que creí que aquel chico merecía una oportunidad. 'Necesitaré que me dejes eso' añadió señalando desde el marco de la puerta a la guitarra que tenia en el salón. 


Entramos en mi piso, dejando la pizza sobre la mesita de la entrada. 'Me llamo Danny por cierto.' Le tendí la guitarra, y se dirigió al sofá.


'Yo Dougie' Sonrió, y comenzó a afinarla. A medida que rasgaba alguna de las cuerdas, mi piel se erizaba más y más cada vez. Hacia tiempo que no tocaba, ni escuchaba a nadie hacerlo, por lo que había olvidado como sonaba.


'Hubo una época, en la que quería morirme, en la que me odiaba a mi mismo más de lo que nadie pudiera odiarme nunca.' Comenzó a decir. Me limite a escuchar y a asentir, y le deje continuar. Parecía que sabia lo que hacia. 'Pensaba que estaba solo, que no tenia a nadie. Pero no era así. Nunca estamos realmente solos.' Tragué saliva, ¿Y si tenia razón? No. No podía ser, yo no tenia a nadie. 'Y casualmente, la vida ha echo que hoy yo este aquí, que vea tus cicatrices, para mostrarte, que no estas solo.'


Dicho eso, agarró con más fuerza la guitarra, y comenzó a tocarla con mas confianza, formando una perfecta melodía, a la que más tarde, empezó a acompañar con su voz.


Life, is gettin' harder day by day. And I, I don't know what to do, or what to say.
And my mind is growing weak every step I take, It's uncontrolable now they think I'm fake.
But I'm not alone. No, no, no.

A medida que la canción avanzaba, las lágrimas comenzaban a acudir a mis ojos. No sabia porque, no lograba comprenderlo. Las mariposas habían acudido a mi estomago ¿Realmente aquel chico me atraía? ¿Realmente estaba logrando que yo sintiera algo? ¿Yo? ¿Despues de tanto tiempo? 
Estaba confuso, pero había algo en aquel tal Danny que me hacia creer, me daba esperanza.

Every day seems to be the same. They just swear, yeah.
They just don't care. They just don't care. They just don't care.

'Cause I'm not alone

Cuando hubo acabado la canción, advirtió mis lágrimas. Tendió una de sus manos hacia mi cara, secandomelas con las yemas de sus dedos. 'Ey, no llores.' Susurró. No sabia donde meterme. No quería que me viera llorar, realmente me importaba lo que aquel desconocido pensara de mi.

'¿Como has llegado a esto?' Pregunté como pude, tratando de ocultar las lagrimas. '¿Llegar a que?' pregunto él de vuelta. 'No se, tienes talento. ¿Que es lo que hace que repartas pizzas por una miserable cantidad de dinero?' Momentos despues de hacer la pregunta, supe que debí haberme callado. Noté su mirada perdida, pude ver dolor en sus ojos.

'Mi padre nos abandonó hará un par de años, yo quería que mi hermana tuviera un futuro mejor que el mio, asi que con lo que saco yo, y con lo que saca mi madre, pagamos sus estudios. Pero preferiría no hablar de eso ahora.' Decidí no preguntar más, decidí dejarlo pasar. Hablar de aquello le causaba dolor, lo podía ver a traves de sus ojos. Y yo para nada queria verle sufrir.

Fue raro, no se como ni porque pasó, pero para cuando quise darme cuenta me encontraba sobre él, besando sus finos labios. Las mariposas reboloteaban libres por mi estomago, haciendo que recordara que yo tambien podia sentir.
Nuestras lenguas se entrelazaban, mis labios saboreaban los suyos, y viceversa. Mis manos recorrian su cuerpo, su cara, mientras que las suyas hacian lo mismo conmigo.
Mi respiracion se aceleraba por momentos, el calor aumentaba.

Decidió que la ropa sobraba, decidió que no era necesaria. Comenzó a quitarme la camiseta, al mismo tiempo que yo trataba de desabrocharme el pantalón. Contacto, humano. Lo echaba de menos. Hice con su camiseta exactamente lo mismo que el habia echo con la mia. 

Cuando toda la ropa se encontró tirada en el suelo, le tumbé sobre el sofa, colocandome sobre él. 
Comencé a darle ligeros besos por el cuello, por el pecho, recorriendo cada zona, cada pequeño pliegue. Continué bajando, por su abdomen, por sus caderas, hasta detenerme en su miembro. Me disponía a continuar, cuando su mano me lo impidió. 

Cogió suavemente mi barbilla, alzandola a la altura de su rostro. Depositó un suave beso en mis labios, proiguiendo con un susurro. 'Ahora es mi turno, pero antes debes prometerme una cosa.' Asenti rapidamente, mientras que el, giró bruscamente para colocarse sobre mi. 'No volveras a hacerte daño. Nunca. Prometemelo.' Desvié mi mirada, sabia que no sería capaz, sabiendo que sería debil.

'No se si seré capaz' Admití. Posó su mano nuevamente en mi cara, obligandome a fijar mis ojos en los suyos. 

'Yo estaré para impedirtelo. Nunca estarás solo.'




lunes, 10 de octubre de 2011

Meet You There - Parte 2.


No os entretengo.. a leer! <3

  Estuve dos semanas mas en el hospital, las cuales James pasó a mi lado. Le insistí en varias ocasiones, no era necesario que se quedara, pero hizo caso omiso.
Venia a diario, con su guitarra como compañera. A decir verdad, su voz me tranquilizaba, me daba sensación de seguridad, me hacia sentir bien.
Durante esas dos semanas, me dio tiempo a conocerle, a saber muchas cosas sobre él, a cogerle cariño, y para nada, en ningún momento le guarde rencor.

  Se sentía raro. Yo nunca había tenido buenos amigos, ni siquiera personas de confianza, y sin embargo, él me transmitía todo eso.

  Aquel día me daban el alta, y como de costumbre, mi nuevo amigo estaba allí, a mi lado.
Me ayudó a recoger todo lo que había ido acumulando durante ese mes y medio, y después esperamos a que el medico viniera con los papeles.

  Cuando estuvo todo en orden, nos dirigimos a la puerta principal. Por primera vez en mucho tiempo, sentí el aire fresco en mi cara, me sentí viva.

  - Espérame aquí, voy a buscar el coche.- Dijo sacando un pequeño llavero de su bolsillo.

  - De verdad, James. No hace falta. Ya has hecho suficiente ¿No crees? -Replique sonriendo.- Puedo pedir un taxi.

  - No voy a dejar que pidas un taxi, no me cuesta nada. -Asentí, y finalmente se encamino hacia su vehículo.

  Durante el trayecto, intercambiamos teléfonos y direcciones, pues habíamos acordado seguir en contacto.

  Detuvo el coche nada más llegar a mi portal. Bajo del mismo y me ayudo con los trastos.

  - De verdad, que no hace falta, que puedo yo sola. -Dije soltando una pequeña carcajada. Como de costumbre, me ignoro, llevando todo hasta la mismísima puerta.

  - Tengo una ultima cosa para ti. -Comenzó a buscar en su bolsillo trasero.- Pero tienes que prometerme que irás.

  - Claro. - Me tendió un sobre blanco, completamente. No tenia nada escrito.

  - Ábrelo cuando entres en casa. -Me dio un abrazo, y se despidió.- Nos veremos pronto.

  - Adiós.

  Entre en casa, y ordene todo lo que había traído, ropa, calzado, libros... Me senté en el sofá, tranquilamente, y agarré el sobre que James me había dado.
Lo abrí poco a poco, y saque lo que parecía una especia de pase a algún lado. Lo giré, y lo miré minuciosamente. "Busted. VIP Access". ¿Quien narices eran Busted?
Gire un poco el pase, y encontré la fecha. "O2 Manchester Apollo. 23 Noviembre 2003"
Eso era dentro de tres días, y le había prometido que iría. No podía fallarle.

  Llevaba tres días preguntándome donde narices iba a meterme, y me esperaba cualquier cosa. Menos esto.
Estaba en el exterior del recinto, y había miles de personas. Chicos y chicas, de todas las edades. Parecía que hubieran estado acamapando por días.

  Tras preguntar varias veces, conseguí llegar al acceso VIP, tarde.

  Anduve durante cinco minutos por largos pasillos, hasta que llegué al que supuse era mi sitio.
Estaba en uno de los laterales de un gran escenario, y de repente, las luces se apagaron.
Comenzó una especia de cuenta atrás en una de las pantallas gigantes situadas allí, y después de varias explosiones pirotécnicas, tres cuerpos salieron de la nada.
Me costó reconocerle, pero sí, uno de ellos era James.

  Las canciones comenzaron a sucederse, una tras otra. Sorprendentemente, me las sabia. Eran las mismas que James me había cantado en mi estancia en el hospital.

  Cuando el concierto acabó, los tres chicos y el batería, salieron por el lado donde yo me encontraba.

  - Has venido. - Dijo James acercándose a mi con una sonrisa.

  - Te dije que lo haría.

  - Mira que eres adorable. -Resopló, en tono burlón.

  - Pero tu mas. -Respondí en el mismo tono.

  - No, tú.

  - No, tú.

  - Podemos seguir así hasta que me salgan canas. -Dijo sacándome a lengua.

  - Me gusta ser la que tiene la ultima palabra. Yo gano siempre.

  - Ah, si, ¿eh?

  - Si.

  - No.

  - Si.

  - No.

  - Que si.

  - Que no.

  - Que te he dicho que si.

  - Te quiero.

  - Y yo. -No podía creer que hubiera dicho eso. No me dio tiempo a medir mis palabras. Mire al frente, y le vi sonreír de lado, tímidamente.

  - ¿De verdad? -Preguntó. Le brillaban los ojos, y tenia una amplia sonrisa dibujada en su cara. Estuve alrededor de un minuto en silencio, hasta que interrumpió.- ¿De verdad vas a dejarme a mi con la ultima palabra?

  - Si. -Respondí, tras pensar varios segundos mi respuesta. Al instante, note como el tono de mi piel se volvía rojizo.

  - ¿A la primera o a la segunda?

  - A la primera.

  Me abrazó,provocando un cosquilleo en mi estomago. Selló sus labios a los mios, por unos segundos, para después dirigirse a mi oído:

  - "You're my psycho girl"

domingo, 9 de octubre de 2011

Meet You There - Parte 1

Hola cosos y cosas que leen las mierdas que yo escribo :)
Vuelvo con otro OS. Lo subiré en dos partes, porque hoy me daba pereza pasarlo entero al ordenador (Hola. Soy muy vaga, sí. Adiós.). La otra parte la subiré mañana, okay?
Dicho esto, os dejo leer. Hope you like it (:

  Mi nombre es Anne. Tengo 18 años. Soy morena, ojos verdes, de estatura media. Nada fuera de lo común. No soy única, no tengo nada que me diferencie del resto. Nada que me haga especial.
Mi vida es de lo más normal. Bueno, ERA de lo más normal, hasta que él apareció en mi vida.

  Todo comenzó a cambiar hace tres meses.

  Era un día cualquiera, una tarde cualquiera. La ultima clase de matemáticas me había dejado más adormilada de lo habitual. Pero gracias a dios, era la hora de volver a casa.
Salí por la puerta de mi instituto, con la mochila a mis espaldas. Pesaba más de lo habitual, lo que hacia que andara ligeramente encorbada.
Comencé a cruzar la calle, cuando oí que John, un compañero de clase, me llamaba desde atrás.

  Recuerdo que sentí un fuerte golpe, acompañado de dolor, mucho dolor. Notaba punzadas, en la cadera, en las piernas, en los brazos, como si alguien estuviera pinchando mi piel con afiladas agujas. No podía abrir los ojos, no podía moverme, no tenia fuerzas.
Escuchaba voces, gente gritando, llamándome por mi nombre, dandome palmaditas en la cara, intentando que reaccionara. Pero no lo hice.
Escuche sirenas, y en ese momento supe que todo había acabado. Perdí el conocimiento. Todo se volvió blanco, sentí alivió. El dolor se había ido.


 
  Abrí los ojos, las luces halógenas me daban directamente en la cara. Escuché una guitarra, acompañada ligeramente por una voz y mire en el sentido de su procedencia.

  Estaba sentado en el pequeño sillón de los acompañantes. Era rubio, ojos claros, y no parecía muy alto. Por su apariencia, supuse que tendría mi edad, quizás un par de años mas.
No se percato de que había despertado, no hasta que interrumpí su canción.

 - Hola. - Susurre como pude. No tenia fuerza, me sentía débil. Su cara mostró asombro. Abrió los ojos, atónito, y se levantó apresuradamente. Salió corriendo de la habitación, dejando la guitarra tendida en el suelo.
No entendí nada, ¿acaso le había asustado tanto?

  Cinco minutos después, una enfermera apareció en mi habitación. Comprobó mis pulsaciones, mis constantes, y tras confirmar que todo estaba correctamente, salió al pasillo, dejando la puerta abierta.
Vi como hablaba con alguien, a quien no pude ver, ya que la pared no me lo permitía.

 - Las constantes están bien, el oxigeno en sangre, y la tensión también. Pronto pasará el medico a echarle un vistazo. No conviene que se mueva mucho, lo dejo en tu mano. - Vi como la enfermera le tendió la mano, y desapareció por aquel largo pasillo.

  Seguidamente, por la puerta, entró el mismo chico que hacia un rato había salido espantado. Esta vez, lo hacia con una amplia sonrisa en tu cara.

 - Hola Anne.- El tono de su voz era tranquilizador, dulce, agradable.

 - Perdona... pero creo que no te conozco.

 - Si.. esto... - Parecía confuso. Vi como se rascaba la nuca, y se sentaba de nuevo en el sillón. - Me llamo James, y... yo te atropellé.

  Era raro. No sabia como debía sentirme. ¿Furiosa? ¿Enfadada? Aunque si no recordaba mal, era él quien aguardaba cuando desperté. Estaba confusa.

 - No se que decirte. Supongo que ya puedes irte, estoy bien, estaré bien.

 - Anne, has estado un mes en coma. No sería justo que me fuera ahora. Yo te he causado esto. - ¿Que estaba diciendo? ¿Realmente había estado un mes en coma? No podía ser. No había pasado tanto tiempo.

  Tocaron la puerta, y entró quien supuse que seria el medico. Parecía mayor, tenia el pelo canoso y llevaba unas gafas que hacían que sus ojos parecieran mucho mas pequeños de lo que ya eran.

  - ¿Te importa salir un momento mientras compruebo que esta todo en orden? - El chico asintió, y salio rápidamente de la habitación.

Tras el chequeo, el medico se dirigió a mi.

 - Al parecer, estas bien. Has estado en estado comatoso durante 30 días, pero no pareces tener ninguna secuela de gravedad. Estarás en observación unos días, y de no ocurrir nada fuera de lo normal, te daremos el alta. -Caminaba hacia  la puerta, cuando se giró, y volvió a dirigirse a mi. - Tu novio debe quererte mucho. Ha estado aquí cada día, cada hora, tocando y cantando para ti, con la esperanza de que despertaras.

 - No es mi novio, doctor.

¿Comentarios? (:


lunes, 19 de septiembre de 2011

The reason, my reason.

Bueno señores, OS, de los señores Al Taim Lou, bastante cutre, pero güé. El personaje principal, esta basado como bien leereis, en la señorita @RosalieTombar. Porque la quiero mucho y eso, sin ella el San Jacobo no sería lo mismo. Nothing more, espero que te guste :3
Y nada mas que decir,  a leer! Hope you like it! <33


Somos como un par de extraños, no se porque verte bien se hace tan difícil, ya no sé que hacer, la noche pasará despacio y amanezco así, aun queda tanto por venir …
Necesito de tu piel en mi piel, el calor, si no vienes esta vez no sabré lo que hacer, ven por mí. Necesito todo de ti, no me digas que no, si no vienes no sabré, lo que puedo hacer hoy. El mundo que se está rompiendo no es el que soñé, y la soledad, el tiempo me hace enloquecer.



13 Septiembre,
12:37

Llevo 8 días si hablar con él. En los cuatro años de relación que llevo con Alex, jamás habíamos estado tanto tiempo sin hablar, sin vernos, sin sentirnos.
Él es esa persona que me da fuerza, y sin él, sin él... no quiero imaginarme lo que yo seria sin él, porque no seria nada.

Todo pasó muy rápido, no me dejo siquiera explicárselo. El siempre dice que una imagen vale más que mil palabras. Pero lo que él no sabe es que la imagen que tiene, es errónea.

Flashback

5 Septiembre,
11:45 

 -¿Entonces a las cuatro en tu casa? 
  
 -Podéis venir antes si queréis, pero Jack y el resto vendrán a esa hora.
  
 -De acuerdo. ¡Hasta Luego!

Entro en la habitación, pero Alex ya no esta en la cama. Me dirijo a la cocina, mi intuición no falla. Ha preparado el desayuno, como siempre. Zumo, tostadas y un poco de fruta recién cortada.

Me acerco a él, rodeo desde atrás su desnuda cintura con mis brazos y le doy un suave beso en la espalda. 

 -Buenos días princesa - dice regalándome una de sus mejores sonrisas.

 -Pensaba que seguirías dormido.
  
 -El teléfono... me ha despertado.
  
 -Era Em, llamaba por lo de esta tarde.

Esta tarde, al fin, vamos a estar todos juntos, para celebrar con retraso el cumpleaños de Jack. Digo 'al fín', porque entre giras, conciertos, enfermedades, entrevistas y familia, nunca estamos todos, siempre hay alguno que falta.
Hemos preparado una fiesta sorpresa en casa de Emily, su novia desde hace tres años, y mi mejor amiga.
Habrá tarta, mucha comida, confeti, globos, unicornios de colores y adornos varios con forma de pene, como a él le gusta.

15:30

Son ya las tres y media, y estamos frente a la casa de Em. 
Me ha costado, pero al final he convencido a Alex de venir antes, y ayudar a preparar todo. No puede fallar nada.

  -¡Rosalie, cariño! - Em abre la puerta y me da un efusivo abrazo.
  
 -¡Rosalie, cariño! - Repite mi novio, imitándole. No puedo evitar reírme. - Gracias por mi recibimiento, yo tambien te quiero, Em. - dice, ahora haciéndose el enfadado y cruzándose de brazos. Em, por su parte, le da una colleja. - ¡AU!

Entramos dentro, y esta todo preparado. 

 -¿Y Jack? - pregunto - ¿Como has conseguido quitártelo de encima?
  
 -Se lo han llevado Zack y Vinny, para que yo pudiera preparar todo esto tranquila. - Hace un gesto señalando el salón. Desvió mi mirada en esa dirección, y veo penes por todas partes. 

Han empezado a llegar los primeros invitados ( aka Rian y Matt ), y parecen sorprendidos con la decoración. 
Sigue llegando la gente, y la montaña de regalos no para de crecer.

16:09

 -¡S O R P R E S A!

Al fin ha llegado Jack, su cara es un autentico poema. Creo que no se esperaba todo esto.

  -¡La tarta tiene forma de pene!¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! - Comienza a gritar, se ha vuelto loco. -PENE PENE PENE PENE.

23:00

La fiesta ha sido un autentico éxito, y Jack esta mas que feliz con sus regalos.
La gente ya se ha ido, y solo quedamos los de siempre: Em, Jack, Zack, Rian, mi novio y yo.

 -¡Tengo hambre! - Grita Jack. - Em, quiero un sandwich de jamón. ¡Marchando! 

Em no contesta, esta demasiado ocupada ganándole a Rian en el Need For Speed. 

 -Ya te lo hago yo, pesado. - Digo, al mismo tiempo que se le ilumina la cara. - Pero solo porque es tu cumpleaños, no te acostumbres.

Voy a la cocina, y comienzo a preparar el dichoso sandwich, cuando entra Zack.

 -¿Tu no sabrás donde esta el champán en esta casa, no?

Comenzamos a buscar por toda la cocina, y finalmente, doy con el.
Intento abrir la botella, pero se me resiste.

 -Déjame que la abra yo.

 -No vayas de machito. Yo puedo, ya verás.

Creo que ya lo tengo, el corcho se mueve ante la mirada impaciente de Zack, cuando derrepente ¡PAM!. El corcho sale disparado, y el champán también.
Genial. Lo he puesto todo perdido. La cocina está encharcada, y yo, estoy completamente empapada, al igual que Merrick.

 -Quítate la camiseta - Ordeno. - Si las lavo ahora, me dará tiempo de meterlas en la secadora antes de irnos.

Ambos nos quitamos las camisetas. No me preocupa. Todos me han visto en bikini/ropa interior miles de veces.  No es ningún problema para mi, ni para nadie.

Me dirijo a la lavadora, sin tener en cuenta que el suelo esta mojado, y como era obvio, resvalo, con la mala suerte de llevarme a Zack por delante. Ambos caemos al suelo, quedando yo encima de él.
Antes de que me de tiempo a levantarme, veo como Zack gira bruscamente la cabeza.

 -¡ALEX! - Grita.- No pienses que.. - De nada sirve. Segundos mas tarde se escucha un portazo. 

Me levanto, y salgo en busca de Alex, pero en efecto, se ha largado.

Fin Flashback.

13 Septiembre,
12:50

Me tumbo en la cama, no tengo fuerzas, no sin él. 
No se que hacer. ¿Llamarle de nuevo? No me cojerá el teléfono. ¿Mandarle un mensaje? No serviría de nada. 
Podría ir a su casa y...
Para cuando me doy cuenta, me he vestido y preparado. En ocasiones como esta la esperanza se apodera de mi. Mientras halla una posibilidad, media posibilidad entre un millón, vale la pena intentarlo.

13:21

Estoy frente a su puerta, y tengo miedo, para que negarlo. No quiero perderle, no por una estupidez como esa. 
Toco el timbre, me tiemblan las manos.

Abre la puerta, y se queda petrificado, al igual que yo. Necesitaba verle, tenerle cerca. 
Veo como una lágrima comienza a bajar por su mejilla, lo que provoca el mismo efecto en mi, multiplicado por diez. 

 -Te quiero. - consigo decir entre sollozos.

No responde, al menos no con palabras. Se inclina hacia mi, y me abraza con todas sus fuerzas. Un abrazo de esos que te transmite, que sin decir nada, lo dice todo.
Noto como sus lágrimas comienzan a mojar mi chaqueta.

 -No quiero perderte Rosalie... Lo siento, yo... Perdoname.

¿Que? Le aparto y puedo ver sus ojos, rojos, llorosos. Siento como si algo se rompiera en mi interior.

 -¿Como que lo sientes? - No entiendo porque se disculpa, en teoría, la culpa ha sido mía. -La que debería pedirte perdón soy yo.

 -Perdóname por ser tan gilipollas, por no darte opción a que me lo explicaras... Esta mañana ha venido Zack y, me lo ha contado, y yo... - Veo como sonríe de lado, lo que provoca una tímida sonrisa en mi cara. - Me lo ha explicado él todo. Lo siento mucho, me he comportado como un crío...

Busca mi mirada, intentando descifrar una respuesta o una reacción, pero no le doy tiempo. Me lanzo a sus brazos, pues se que ellos nunca me dejaran caer.

 -Te quiero Rosalie.

Tengo sed de ti, de tus besos, de que me acaricies el cuerpo, de que lentamente me desnudes y me abraces como si no fuese a haber un mañana. Quiero recordar toda mi vida esta noche como la noche más especial de todas.